Cuando jugamos y ganamos experimentamos sensaciones placenteras activadas en nuestro sistema cerebral de recompensa.
Es similar a lo que sentimos al comer una rica comida o interactuar con una persona que estimas.
Más que por el placer de ganar u obtener premios, investigaciones han demostrado que lo que nos estimula fuertemente al jugar es la expectativa misma de ganar.
Cuando la búsqueda del placer del juego y las apuestas se vuelve prioridad e interfiere en tu vida cotidiana, es hora de parar y buscar ayuda porque podrás estar cayendo en lo que se llama "juego problemático".
Si comienzas a experimentar dificultades para limitar el dinero y el tiempo que destinas a jugar y eso está afectando negativamente tu vida y la de tu entorno, entonces hablamos de "adicción al juego".
El circuito cerebral de recompensa de personas adictas al juego opera de forma similar al de quienes son adictas a sustancias como el alcohol, el tabaco o las drogas ilegales, esto es que en presencia de estímulos relacionados con su adicción, el sistema se sobreactiva al mismo tiempo que responde con menor intensidad a otro tipo de incentivos placenteros.
Según estudios recientes, existen tres factores que parecen estar fuertemente vinculados al desarrollo de la adicción al juego:
Cuando la búsqueda del placer del juego y las apuestas se vuelve prioridad e interfiere en tu vida cotidiana, es hora de parar y buscar ayuda porque podrías estar cayendo en lo que se llama "juego problemático".
Jugar es sinónimo de entretención y pasarlo bien. Por eso, para prevenir posibles conductas problemáticas, sigue estas recomendaciones:
Para evitar cometer errores es importante que tengas en cuenta lo siguiente:
En los juegos de azar, lo que ha ocurrido antes no afecta lo que ocurrirá después.
Como se trata de juegos de azar, nuestra habilidad o conocimientos no pueden hacernos ganar.
La secuencia de ganancias y pérdidas se genera a partir de un algoritmo impredecible. La única certeza es que por norma el casino se quedará con un 15% del dinero que ingrese por las máquinas tragamonedas.
Como las partidas son independientes entre sí, la probabilidad de ganar no aumenta después de una racha larga de perdidas.
Si de verdad crees tener un sistema que te permite ganar o piensas que lo que ha ocurrido en jugadas anteriores te permite predecir lo que sigue, tienes elevado riesgo de caer en un patrón de juego problemático o patológico.
Busca ayuda profesional.